El viernes 3, desafiando la tormenta que azotaba el país, nuestro obispo se dirigió a Santiago Atitlán, para servir a las dos comunidades que se encuentran en esa población. La primera visita fue con la comunidad Efusión del Espíritu Santo. Los hermanos habían preparado la celebración de dos Bautismos, Confirmaciones y la Santa Misa. A pesar de la lluvia, que prácticamente había inundado todas las calles del pueblo, los hermanos llegaron hasta el templo, para participar fervorosamente en la celebración.

Arriba: Un momento de oración de arrepentimiento que hacen los hermanos, previo a iniciar la confesión de los pecados.

 

 

 

 

A la derecha: Celebración de los Bautismos. Los hermanos participan activamente en la celebración, conscientes de que ello constituye parte del ejercicio de su sacerdocio bautismal.

A la izquierda: momento de alabanza de algunos de los jóvenes que se preparaban a ser confirmados. Todos ellos hacen parte del grupo juvenil y del coro de la comunidad. La recepción del sacramento implicará fortalecer su compromiso, especialmente en el campo misionero.

Por la noche, Monseñor celebró la Eucaristía con la Comunidad Pentecostés, en el centro de Santiago Atitlán. Los hermanos participaron con gran fervor, desafiando las inclemencias del tiempo y la lluvia que no cesaba de caer con fuerza.

Arriba: Monseñor Eduardo, mientras administra la absolución de los pecados al hermano Juan Pacach, líder de la comunidad.

 

 

 

A la derecha: un momento durante la homilía en la que Monseñor subrayó el compromiso que como católicos renovados se debe asumir en proclamar el Evangelio a todas las personas, considerándose simplemente como servidores, al igual que Pablo, pues el que realiza y dirige la acción es el mismo Cristo, por medio del Espíritu Santo.

El domingo 5, Monseñor comenzó su actividad misionera realizando una visita a la comunidad de Los Pirires, en el Municipio de San Juan Sacatepéquez. Esta comunidad, formada de unos 200 hermanos, ha experimentado un crecimiento sostenido. Con gran entusiasmo los hermanos están evangelizando y, ayudados por los seminaristas que les visitan semanalmente, están profundizando en su formación teológica y espiritual.

Arriba: El obispo invoca la efusión del Espíritu Santo, para que otorgue el perdón de los pecados a los hermanos que, con humildad, han hecho la confesión de sus pecados.

 

 

 

A la izquierda: el obispo durante la homilía insiste a los hermanos en que el católico renovado se debe distinguir por su seguimiento fiel de Cristo como discípulo, para poder participar de los dones del Espíritu y dar testimonio del Evangelio ante el mundo.

Hacia medio día, Monseñor visitó la comunidad de Los Caneles, ubicada en la parte sur nor-occidental del municipio de San Juan Sacatepéquez. Esta comunidad ha iniciado hace poco tiempo. Está formada por 7 familias que aún no han logrado construir su casa de oración. Sin embargo se reúnen con fe y, llenos de alegría están anunciado la Buena Nueva a todos. Realmente se experimenta, al estar entre ellos, la presencia viva del Señor.

Por la tarde Monseñor visitó la comunidad de Los Guates. Ésta es la más antigua y numerosa de las comunidades católicas renovadas de San Juan Sacatepéquez. Formada por unos 800 hermanos, ha experimentado un crecimiento fuerte y se está organizando seriamente. La visita del obispo la habían preparado con esmero. Había elaborado arcos y alfombras y, sobre todo, se habían preparado espiritualmente, pues la invitación que habían hecho respondía a una inspiración que habían recibido. Con ocasión de la visita Monseñor, además de celebrar la Eucaristía dominical, instituyó a dos ministros. La hermana Dolores para servir en los Guates y el Hermano Jorge, para iniciar su servicio en la comunidad que se está formando en La Estancia.

Arriba: Un momento durante la procesión de entrada: Algunos de los miembros del pueblo de Dios, antecedidos por los acólitos, lectores y ministros de la comunión habían salido a recibir al obispo y, en la foto, se dirigían hacia la casa de oración.

 

 

 

A la derecha: una de las hermosas alfombras, elaboradas con aserrín pintado y arena blanca, que daban la bienvenida al obispo.

A la derecha: vista parcial de algunos de los hermanos que asistieron a la celebración.

A la derecha: El hermano Jorge, recién instituido ministro de la comunión, saluda a la Asamblea. El hermano Jorge será el encargado de distribuir la comunión a los hermanos de la comunidad que se está formando en la Aldea La Estancia. De la nueva comunidad asistieron a la Eucaristía unos 30 hermanos, que acompañaron a su nuevo ministro, solicitaron su institución y luego con gozo le recibieron, después de haber sido instituido.

El martes 7 de septiembre, en la fincha La Chacara de Antigua Guatemala, tuvo lugar la reunión del Presbiterio. Estuvieron presen-tes todos los presbiteros que pudieron llegar, pues las condiciones de las carreteras impidieron de que algunos asistieran. La reunión se llevó a cabo con cordialidad y en espíritu de profunda comunión. Se comenzó haciendo una breve relación de la marcha de las actividades pastorales de cada uno de los presbíteros. Luego el obispo informó acerca de las cuestiones generales que conciernen a toda la Iglesia. Finalmente, después del almuerzo, en un ambiente muy fraterno y de comunión, el obispo dio la formación permanente. Se trató de profundizar en las raíces y desarrollo de la Iglesia y de los procesos que se siguieron en su organización.

Arriba: Foto de algunos de los participantes, durante una de las reuniones. La reunión inició a las 10 de la mañana y se prolongó hasta las 4 de la tarde, habiendo hecho apenas un pequeño intervalo para almorzar.

 

 

 

A la derecha: vista de algunos de los participantes a la reunión al final de la misma. La amistad, la sinceridad, el respeto y el sentido profundo de comunión y de pertenencia eclesial, fueron quizás las más importantes características de la reunión.

El once por la tarde, nuestro obispo realizó una visita a la comunidad Jesús es Salvador, de Los Angeles. En esa ocasión la familia del hermano Rogelio y la Hermana Josefa, estaban celebrando el vigésimo segundo aniversario de su vida matrimonial. En la foto de la izquierda, momento en el que Monseñor Eduardo, imparte la bendición sobre la familia.

A las cinco de la tarde Monseñor Eduardo realizó la visita a la Comunidad de El Pescador, en donde tiene su sede la Parroquia de San Miguel Arcángel, de los Ángeles, California. La comunidad acaba de transferirse a un nuevo local ubicado en el sur de la ciudad de Los Angeles, entre las calles Hill y Jefferson. El local, aparte de contar con parqueo para 15 vehículos, es un 40% más grande del local anterior y está ubicado en el primer piso, por lo que tiene acceso directo a la calle. Los hermanos están muy entusiasma-dos y esperan seguir en crecimien-to. Con ocasión de la Eucaristíafueron bautizados los niños Bernabé y Ángel Gabriel.

Arriba: un momento durante la Absolución de los miembros de uno de los ministerios musicales de la comunidad,

 

 

 

A la derecha: momento de oración durante la celebración Eucarística.

A la izquierda: El obispo pronuncia la fórmula bautismal: Angel Gabriel, se te bautiza en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo; mientras hace la aspersión de agua, simbolizando el ser sepultado con Cristo, para resucitar con Él, por medio de la efusión del Espíritu Santo.

Por la noche, Monseñor celebró la Eucaristía con la comunidad Pacto Divino en el centro de Los Ángeles. La comunidad ha pasado por momentos difíciles; sin embargo, actualmente llenos de fe, están tratando de fortalecerse y de iniciar un proceso de intenso de evangelización.

Arriba: Momento de oración de los participantes, durante la preparación para la administración del Sacramento de la Reconcilia-ción.

 

 

 

A la izquierda: los ministros de la comunión presentan los copones y el cáliz, al final de la Plegaria Eucarística.

El domingo doce por la mañana, Monseñor Eduardo lo dedicó a dar formación teológica a algunos de los líderes de las comunidades de Los Ángeles. Se trataba de iniciar dos nuevos cursos: el de Escritos Paulinos y el de Liturgia. Los alumnos siguieron con gran interés cada uno de los aspectos que incluyó la formación.

Arriba: Vista de algunos de los alumnos de ESTYMLA-Los Ángeles, junto al obispo, en la entrada posterior de la sede de la Comunidad El Pescador.

 

 

Después de cuatro horas de formación teológica, el obispo presidió la celebración de la Eucaristía para los alumnos de la Estymla. A la izquierda: un momento durante la homilía.

El quince por la mañana, nuestro obispo realizó una visita a la Comunidad de Tzununá. En esa ocasión, además de la celebración de la Eucaristía, se celebraron bautismos y 8 jóvenes y señoritas recibieron la confirmación. La comunidad está actualmente experimentando un momento especial de gracia. Hace dos años y medio fue tremendamente probada, con un accidente que sufrió uno de los hermanos, que estaba dedicado a la construcción del templo. Cayó de un andamio y el resultado fue que la médula se le había roto y no podría volver a caminar. Milagrosa-mente, hace un mes el hermano ha comenzado a dar los primeros pasos y tiene confianza de que pró-ximamente podrá volver a su acti-vidad normal. Parece que lo mismo que está sucediéndole a él, es lo que está experimentando la comu-nidad.

Arriba: Monseñor Eduardo, mientras realiza el bautismo de uno de los niños.

 

 

 

A la derecha: Los hermanos padri-nos oran por quienes han sido confirmados, al terminar el obispo el ritual de confirmación.

Hacia el medio día, el obispo visitó la comunidad de Jaibalito, en la que se celebraron dos bautismos. A recibirlo en el lago estuvieron el Hermano Antonio y el joven Fran-cisco que, durante la ceremonia fue también instituido como lector de la comunidad. La comunidad de Jaiba-lito ha sufrido mucho debido a los deslaves e inundaciones que en lo que va del año se han llevado once casas. Sin embargo ellos, llenos de fe se mantienen firme en el Señor y se comprometen a seguir adelante en la obra de evangelización.

Arriba: Momento de la llegada del obispo a Jaibalito. Puede observarse lo mucho que ha subido el nivel de lago. El muelle que están usando actualmente, es el tercero que construyen en esta época de lluvias y a la derecha del muelle, se puede ver cómo la caseta de espe-ra antigua, que estaba a más de un metro sobre el nivel del lago, ac-tualmente ha quedado parcialmente cubierta por el agua.

 

 

A la derecha: el obispo interroga a padres y padrinos de quienes serán iniciados en la vida cristiana a cerca de su fe y de su compromiso en educar cristianamente a los hijos que van a bautizar.

El quince por la tarde, Monseñor Eduardo visitó la comunidad de Xolbé. La razón de la visita fue administrar el sacramento de la Extremaunción a la Hermana María, esposa del líder de la comunidad, el Hermano Vicente.

Al caer de la tardel del día quince, Monseñor celebró una Eucaristía de Acción de Gracias en la Comunidad de Chuitzanchaj, Santa Cruz la La-guna. Se trataba de reconocer todos los beneficios que el Señor ha concedido a la comunidad y además, era la ocasión para iniciar la novena de preparación a la solemne fiesta de Aniversario de la llegada del Santísimo Sacramento, la cual tendrá lugar del 24 al 26 de septiembre.

Arriba: El hermano Manuel, líder de la comunidad, mientras se acerca a recibir la comunión.

 

 

 

 

 

A la izquierda: algunos de los hermanos que participaron en la Eucaristía.

Como parte del compromiso ecuménico y con el afán de cumplir la misión de redescubrir, aceptar e implementar todo lo que concierne a la Iglesia Una, Santa, Católica y Apostólica como Cristo la anunció, los apóstoles la proclamaron y organizaron, los Padres de la Iglesia la desarrollaron y se vivió durante los primeros mil años de cristianismo; hemos realizado la traducción del ritual para la celebra-ción de los sacramentos, como los utilizaba la iglesia latina en occidente antes de que se separara de la comunión eclesial; y mientras compartía con las iglesias de oriente la fe ortodoxa. La idea de esa traducción es familiarizarnos con los ritos y, eventualmente, implementarlos. Consideramos que esto nos permitirá hacer realidad más profundamente nuestra voca-ción ecuménica que implica, nece-sariamente, el redescubrir los ele-mentos esenciales de la fe y la praxis de la iglesia indivisa.

Como se puede ver a la derecha, la traducción abarca la celebración de seis de los siete sacramentos: El Bautismo, que es administrado junto a la Crismación y que implica también la recepción de la Eucaris-tía; la Eucaristía, a la que también se le llama la Divina Liturgia; la Penitencia o Reconciliación; la Extremaunción y el Matrimonio; así como los ritos Exequiales.

El ordinario de la celebración de la Misa sigue fundamentalmente el ordenamiento establecido por el Papa Gregorio Magno y su Anáfora propia es la que se conoce como Canon Romano. Sin embargo, dentro del Sacramentario también se incluye la liturgia que se conoce como de San Thikón, en uso por varias comunidades ortodoxas de rito occidental. También se incluyen la Anáfora de San Hipólito Romano y la de San Juan Crisostómo.

El viernes 24, nuestro obispo celebró la Eucaristía con la comunidad de Pajomel, Santa Cruz la Laguna. Se trataba de una visita ordinaria. La comunidad espera poder tener por lo menos la celebración de la Eucaristía una vez por mes. Los hermanos se mantienen muy animados y en cada visita se nota un sostenido crecimiento.

Arriba: Los hermanos, después de hacer la confresión de sus pecados, se acercan a recibir la absolución.

 

 

 

 

A la derecha: momento de participar en la comunión.

El 24 por la tarde, desafiando la lluvia, los hermanos de Chuitzanchaj celebraron el tercer aniversario de la llegada del Santísimo Sacramento y de la Alianza, con una solemne procesión, que inició desde el centro de la Aldea y se dirigió hasta el templo de la comunidad.

Como preparación para la celebración del aniversario, los hermanos habían terminado el repello interior del templo y habían echado en el piso una torta que, en futuro servirá de base para colocar el piso cerámico.

La comunidad se caracteriza por tener un entusiasmo muy grande y una excelente organización. Eso ha garantizado que se mantenga en constante crecimiento.

Arriba: Un momento durante la procesión con el Santísimo Sacramento.

 

 

 

A la derecha: con ocasión de la celebración, varios niños recibieron el sacramento del bautismo. En la foto se nota un momento durante la unción con el óleo de los catecúmenos.

La comunidad cuenta con cuatro ministros de la comunión. En la foto de la izquierda, tres de ellos mientras presentan el pan que será consagrado.

El crecimiento de las comunidades es evidente en todos los lugares y rincones. No hace excepción de ellos el Municipio de Santa Bárbara, Huehuetenango. Tres familias de una nueva aldea comenzaron a trabajar hace unos meses, con la finalidad de formar una comunidad católica renovada en su aldea. Actualmente son ya diez familias, han conseguido que les fuera donado un predio de terreno y ahora se preparan a iniciar su construcción. Es el caserío Cruz Grande, de la Aldea Cruz Quemada. Para hacer la bendición del terreno y colocar la primera piedra de la nueva construcción, quisieron contar con la presencia de Monseñor Eduardo.

Arriba: Una vista durante la homilía.

 

 

 

 

A la derecha: el obispo se prepara a iniciar la aspersión del agua, para bendencir el predio y colocar la primera piedra de la futura construcción.

El sábado 25 por la tarde hicieron alianza cuatro comunidades del Municipio de San Juan Atitán, Huehuetenango. Están formadas por más de tres mil hermanos. Su anhelo ahora es organizarse y tener la formación necesaria, para que en un futuro próximo puedan ser creados como parroquia.

Arriba: Procesión de entrada. El obispo es precedido por tres de los ministros de la comunión.

 

 

A la derecha: el pueblo de Dios, después de haber confesado sus pecados, se acerca para recibir la absolución.

Con ocasión de la primera visita de Monseñor Eduardo a estas comunidades, se celebraron unos 20 bautismos. A la derecha se puede notar a algunas de las madres que sostienen a sus niños, para presentarlos para ser bautizados. San Juan Atitán es un municipio de la étnia Mamm, que se caracteriza por haber conservado con fidelidad y orgullo sus tradicio-nes ancestrales. Esto es palpable viendo la indumentaria que tanto varones como mujeres y niños utilizan.

El domingo por la mañana nuestro obispo visitó la comunidad de Siete Pinos, ubicada en el altiplano de la sierra de los Cuchumatanes. A unos 3500 metros de altura, la vegetación es escasa, especialmente en el tiempo de frío. En los últimos años, sin embargo, sus habitantes además de dedicarse al pastoreo, especialmen-te de ovejas y algunos bovinos, se han dedicado también al cultivo de la papa, habiendo logrado frutos muy positivos.

Con ocasión de la visita del obispo se congregaron unos 600 hermanos, que forman la comunidad de Siete Pinos.

 

Durante la celebración, se realizaron varios bautismos y un matrimonio. El gozo y la activa participación de la comunidad fueron evidentes.

Arriba: Momento durante el cual la comunidad hace la confesión de sus pecados.

 

 

 

A la derecha: Los esposos mientras escuchan atentamente las instrucciones que les da nuestro obispo, previo a que prestaran su consentimiento.

El domingo 26 por la tarde, nuestro obispo presidió la celebración del aniverdario de la comunidad católica renovada de Brasilia, Huehuetenango. Con la celebración eucarística concluían tres días de actividades, en las que experimentaron fuertemente la presencia del Señor. Durante esos días varias familias se incorporaron a la comunidad.

Arriba: un momento de oración profunda en el que la comunidad hace la humilde confesión de sus pecados.

 

A la derecha: La alegría se irradia en los rostros de los hermanos, después de haber sido absueltos de sus pecados.

Durante la ceremonia, una de las familias que ha ingresado a la comunidad hace pocos meses, aprovechó para regularizar su situación religiosa. Se celebró su matrimonio, habiendo sus hijos tenidos la oportunidad de orar por sus padres.

El 29 nuestro seminario se vistió de fiesta. El obispo celebraba el trigésimo sexto aniversario de su ordenación presbiteral y 10 de nuestros hermanos recibieron las órdenes menores. Seis fueron ordenados de lectores y cuatro, que anteriormente habían sido ordenados lectores, fueron ordenados Acólitos.

Arriba: Cinco de los que fueron ordenados lectores. De izquierda a derecha: Dámaso Mateo, José Alonso Hernández, Julio Maquín, Robinson Cumes y José Alfredo Hernández.

 

 

A la derecha: los cuatro ordenados acólitos: Fredy Gonzáles, Bernardo Vásquez, Edie Divas y Orlando López. Al extremo derecho: José Humberto Cucul, quien fue ordenado Lector.

Después de haber cantado las letanías y de haber orado la bendición, implorando la efusión del Espíritu para que los ordenados de lectores puedan cumplir fielemente su misión, el obispo, los presbíteros y otros hermanos presentes, oraron sobre cada unos de los ordenandos.

Entre quienes participaron en la oración, no faltaron los familiares más cercanos de los seminaristas ordenados. En la foto de la derecha, la mamá de José Alfredo Hernández ora sobre él e implora del Señor la perverancia y fidelidad de su hijo.

El distintivo que es entregado a los lectores es el libro de la Sagrada Escritura. En la foto de la izquierda, el obispo entrega la Sagrada Escritura al seminarista Dámaso Mateo, al igual que lo hizo con cada uno de los otros cinco que fueron ordenados.

A la derecha: Monseñor Eduardo orando sobre los cuatro seminaristas que fueron ordenados como Acólitos.

A la izquierda: la madre del Seminarista Edi Divas y la Hermana de Fredy González oran por ellos, pidiendo al Señor la efusión del Espíritu Santo y la abundancia de bendiciones.

A la derecha: momento de la oración del Padre Nuestro. Al fondo a la izquierda, se encuentran los cuatro diáconos que, Dios mediante, serán ordenados el 29 de Octubre: De izquierda a derecha están: Pedro Martínez, José Armando Hernández, Marco Tulio Calderón y Denis Obando.

Al terminar la Eucaristía, nuestro obispo imparte la bendición y saluda a quienes participaron en la celebración.

Después de la Eucaristía los seminaristas, presbíteros, familia-res y demás invitados, comparti-ron el Almuerzo. Al final, se partió el pastel y se apagó la candela para celebrar el 36 aniversario de la ordenación presbiteral del obispo y la ordenación de los 10 nuevos minoristas.

A la izquierda: el obispo comparte con lso presbíteros y algunos amigos, después del almuerzo.

El curso académico, se acerca a su final. El seminario concluye el año con 42 seminaristas -incluyendo los 4 diáconos y 2 que se encuentran en período sabático-. Después de las ordenciones y el aniversario de la iglesia, el 29 de octubre, los seminaristas partirán hasta el 14 de noviembre, de dos en dos, a realizar misión en las diferentes comunidades. Luego comienzan sus vacaciones. Algunos seguirán en actividades pastorales. Otros irán a sus hogares, para ayudar a sus padres en los trabajos, general-mente se trata de faenas agrícolas.

Arriba y a la derecha: dos fotos de algunos de los seminaristas, junto al obispo y al Padre Juan Moisés Mendoza.