El sábado primero de octubre, nuestro obispo fue invitado a participar en la cabina 3 de Radio Estéreo Nueva Vida de Nuca, Guatemala, que transmite desde Los Ángeles California. Un equipo de hermanos originario de Nucá, que viven en Los Ángeles, han asumido el compromiso de apoyar a la radio, transmitiendo un programa los sábados por la tarde. Monseñor Eduardo fue invitado a participar y, ante el éxito de la transmisión, se le pidió que cada vez cuando se encuentre en los Estados Unidos, participen en el programa.

El programa comenzó con la exposición durante quince minutos, hecha por el obispo, acerca de la identidad de nuestra Iglesia. Después se estableción un diálogo, a través de preguntas, que fueron formuladas, vía internet, desde varios lugares: Guatemala, Florida, New York y California.

En la cabina estuaban presentes los hermanos: Tomás, Ronaldo, Ramón, Marcelino y Mateo, que es el encargado de la transmisión.

De esa forma, los oyentes de la radio podrán ir formulando diferentes preguntas y encontrando respuesta a muchas de sus dudas religiosas.

Al caer de la tarde, Monseñor Eduardo inició, con la celebración de la Eucaristía, la celebración del décimo segundo aniversario del Ministerio Pacto Divino. La celebración se prolongó en forma de Vigilia, que termino hasta el amanecer.

La celebración del obispo inició con la administración del sacramento de la Reconciliación a todos los presentes que lo necesitaran. Después de hacer la confesión comunitaria de los pecados, cada uno recibió individualmente la absolución de sus pecados.

Durante la homilía, que estuvo centrada en torno a las lecturas dominicales, en las que se hablaba de la "viña que plantó el Señor y que no dio los frutos esperados" (tanto en el profeta Isaías, como en el Evangelio de Mateto). El obispo puso de relieve que, precisamente nuestra iglesia católica renovada, ha recibido del Señor la misión de reconocer que el Señor es el único dueño y pastor de su viña y que cada uno de nosotros, asumiendo una actitud de confianza y servicio, debemos trabajar para que la viña produzca abundande cosecha y frutos de buena calidad.

El obispo también relacionó el mensaje de las lecturas, con el trabajo abnegado y lleno de sacrificio que, en medio de dificultades y problemas han seguido los hermanos miembros de este ministerio, bajo la coordinación del Hermano Danilo.

La espiritualidad que vivió toda la comunidad fue profunda. Naturalmente el punto central de toda la celebración, los constituyó la Eucaristía.

En la foto de la izquierda: el obispo, asistido por el Hermano Pedro, mientras pronuncia las palabras del Memorial sobre el pan.

Un momento de especial significado lo constituyó la oración del "Padrenuestro". Toda la asamblea, desde la homilía, se había preparado para vivir el sentido profundo del amor hacia todos y de liberarse de cualquier resentimiento, división u odio. Eso hizo que al orar la oración del Señor, todos vivieran realmente una experiencia de comunión con toda la Iglesia.

La sede del ministerio estaba totalmente llena. Unos tres cientos hermanos participaron en la vigilia y, sobre todo, el espíritu que animó a todos fue el de gozo, el de fraternidad y el de asumir un compromiso genuino y eficaz en la evangelización.

Por la noche, el obispo visitó la comunidad "Restauración", para celebrar con ellos la Eucaristía.

Los hermanos estaban muy entusiasmados y aprovecharon de la visita del obispo para renovar su compromiso de vivir con radicalidad su fe cristiana.

Como de costumbre, la celebración comenzó con la administración del Sacramento de la Reconciliación a todos los que lo necesitaban.

Este momento, en todas las comunidades, constituye una oportunidad para el reencuentro con Dios y para experimentar el amor misericordioso que el Señor tiene hacia cada uno de sus hijos.

En la foto de la izquierda: todos los hermanos, antes se recibir la comunión se unen en oración, para preparase a recibir al Señor.

Una de las cuestiones en las que insistió el obispo es en la importancia de establecer mecanismo de preparación para que todos los que no han recibido los sacramentos de la iniciación cristiana o del matrimonio, se preparen para hacerlo, de tal forma que puedan tener plena participación en la vida eclesial.

El domingo 2 de octubre por la mañana, se llevó a cabo una Asamblea de los servidores de la Parroquia Católica Renovada de San Miguel Arcángel, en Los Ángeles.

Durante la primera parte de la reunión, Monseñor Eduardo invitó a que se tomara conciencia de que el hecho de reconocerse como Parroquia Católica Renovada, implica el organizarse de tal forma que se ofrezcan todos los servicios inherentes a una parroquia, lo cual no ha sucedido hasta el momento.

Los hermanos se sintieron motivados a emprender los pasos necesarios para organizarse y asumieron el compromiso de participar activamente en este proceso que, progresivamente se irá implementando.

Durante el diálogo, varios hermanos expusieron las dificultades que se afrontan, debido a la mentalidad, a la falta de capacitación de los líderes y a la misma limitación de tiempo que tienen muchos hermanos.

El obispo se comprometió a dar el acompañamiento necesario para que se pueda ir dando el proceso de organización y todos los hermanos se comprometieron a participar en los diferentes ministerios que se les confíen y a ejercerlos con dedicación y eficacia.

Como primer paso en el proceso de oranización, se estableción organizar un ministerio de atención y evangelización a los niños, para que puedan ayudar a dar escuela bíblica a los niños mientras que se realizan las Asambleas. Ocho hermanos se comprometieron a trabajar como catequistas en este ministerio.

Además se potenció el ministerio de Ministros de la Comunión y se determinó que la comunión será distribuidqa en todas las Asambleas que se tengan. Para esto, además de los dos ministros que ya había, fueron elegidos tres ministros más.

Al terminar la Asamblea, comenzó la celebración de la Eucaristía dominical con los servidores, dentro de la cual se realizó la bendición e institución de los diferentes ministerios.

La celebración se llevó a cabo en un ambiente de profunda fe y esperanza, porque todos confían en que los planes realizados se llevarán a cabo y, de esta forma, la vida de la parroquia tomará cuerpo.

Después de la homilía, todos los que recibirían un nuevo ministerio o los que renovarían el que ya tenían, se pusieron de rodillas, para pedir la efusión del Espíritu Santo.

La oración comenzó con el canto abreviado de las letanías de los santos.

Terminada la oración comunitaria de institución de los diferentes ministerios, el obispo pasó orando e impartiendo la bendición a cada uno de los que habían recibido un ministerio.

En la foto de la derecha están los cinco hermanos que ejercerán el ministerio de distribución de la comunión y de presidir la celebración, cuando no se celebre la Eucaristía. De izquierda a derecha, los hermanos Pedro, Eulalia, León, el obispo, y los hermanos Tomás y Francisco.

El hermano Francisco fue elegido como coordinador del Ministerio de Ministros de la Comunión.

También se oró y se bendijo a los hermanos que ejercen el ministerio de la predicación. Con ellos se llegó al acuerdo de que en el futuro se dialogará para que las predicaciones se orienten dentro del marco de un programa de crecimiento progresivo. De izquierda aderecha en la foto: Hermanos Víctor, León, Francisco, el obispo y hermanos Ramón, Juan y Tomás.

Lo más novedoso de tods los ministerios lo constituyó el ministerio de evangelización y catequesis de los niños. La coordinadora del ministerio será la hermana Magdalena que está al lado del obispo, con blusa a rayas y la hermana María, ubicada al otro lado del obispo, ofreció que proporcionará una carpa que será montada en el área de parqueo del ministerio, para tener allí la formación de los niños.

El jueves 13 de Octubre al medio día, tuvo lugar la celebración de confirmación de los seminaristas que aún no había recibido este sacramento. Fueron diez en total.

La ceremonia se celebró con toda la solemnidad del caso. Concelebraron, además del Padre Juan Moisés que, además, fue Maestro de Capilla, los Padre Francisco Simón (Pro-Vicario General y Co-párroco de la Santa Iglesia Catedral) y el Padre Vicente Gómez, habiendo asistido el diácono Orlando López, quien había sido el Catequista que preparó a los confirmados.

Al terminar la homilía, en la que el obispo explicó detalladamente cuál era el significado y los compromisos que se asumen al renovar o "confirmar" la crismación y la unción del Espíritu Santo, el obispo llamó a cada uno de los candidatos por su nombre y les preguntó si libremente estaban dispuestos a recibir el don de Dios, para hacerlo fructificar en su vida.

En la foto de la izquierda: el obispo mientras interroga al seminarista Carlos Alfredo.

Después de que cada quien había expresado su compromiso, todos los candidatos se pusieron de rodillas, sus padrinos se colocaron atrás de ellos y se canto una forma abreviada de la letanía de los santos.

El obispo ungió a cada uno de los confirmados, pronunciando las sisguientes palabras: N., servidor de Dios, se te marca con el signo de la cruz + y se te unge con el crisma de la salvación, para que se confirme en ti el don del Espíritu Santo. En el nombre del Padre + y del Hijo + y del Espíritu Santo +.

Después de la crismación, el obispo invocó una segunda vez al Espíritu Santo, pidiendo que cada uno de los ungidos permaneciera como "Templo de la gloria divina".

Terminado el rito litúrgico, los confirmados se arrodillaron delante de sus padrinos, quienes devotamente oraron por ellos, pidiendo al Señor que sean fieles a los compromisos que asumían.

Los seminaristas confirmados fueron: Jorge Francisco y Cristian (al extremo izquierdo, no salieron en la foto) y de izquierda a derecha: José Luis, Felipe Choc, Juan Arcadio, Diego, Alfonso, Carlos Alfredo, Jeremías y Josué Adonay.

Al final de la Eucaristía, se cerró la celebración, compartiendo fraternalmente el almuerzo.

Por la tarde del día 13, Monseñor Eduardo presidió la Eucaristía de Clausura del Año Docente en el Hogar de Señoritas "Nuestra Señora de la Preciosísima Sangre", ubicado en La Ciénega, San Raymundo, Guatemala.

La celebración tuvo lugar en la capilla de la Finca María Auxiliadora, que forma parte del complejo destinado a ser la Cancillería de la Iglesia en el futuro.

La fundadora y directora del hogar es la Hermana de la Preciosíma Sangre, Mary Fawe Hellman.

La ceremonia comenzó con la administración del Sacramento de la Reconciliación a todos aquellos que quisieran recibirlo. En la foto de la derecha, el obispo invoca el Espíritu Santo, antes de administrar la Absolución a quienes habían confesado sus pecados.

Dos de las estudiantes que terminaron este año sus estudios, en representación de todas las demás, se acercaron a presentar las ofrendas del pan y del vino.

En la Eucaristía participaron además de las alumnas, todo el personal docente, miembros de otras congregaciones religiosas y vecinos del lugar.

Desde el miércoles 12 de octubre, una depresión tropical azota toda el área de Centro América. Ha habido inundaciones, han caido derrumbes y también varias decenas de muertos. Nuestras comunidades han tratado de solidarzarse con quienes han sufrido compartiendo bienes y oraciones.

La inseguridad vial y la obstrucción de muchos caminos, obligó a Monseñor Eduardo a cancelar sus compromisos pastorales en varias comunidades, debido a que era imposible trasladarse hasta ellas.

Varios de los padres ubicados en las cercanías de las comunidades que debía visitar, le representaron en las celebraciones.

El fin de semana del 15 y 16 de octubre, se clausuró la pastoral de fin de semana que hicieron los seminaristas durante el presente año. Durante el mismo se atendieron: El Detym de Huehuetenango (que tuvo que postergar la actividad hasta el fin de semana próximo), Tzanixnam en Totonicapán, varias comunidades de Sololá; Comalapa y San José Poaquil den Chimaltenango, Los Guates, Los Pirires, Los Caneles y las Palmas en San Juan Sacatepéquez; Villalobos en Mixco; y varias comunidades en el departamento de Sacatepéquez y la ciudad de Guatemala.

La misión de los seminaristas abarca dos fases: la de ir aprendiendo de la fe y vida de las comunidades y la de ir compartiendo con ellas su fe, el conocimiento que han adquirido y dándoles formación para que crezcan en la identidad cristiana, católica y renovada.

Al termnar el curso lectivo, al final del presente mes, los seminaristas tendrán 18 días de pastoral misionera en diferentes comunidades de áreas más remotas. Con ello terminarán la formación del presente año e iniciarán el período de vacaciones.

El 19 de Octubre, Monseñor Eduardo estuvo en la Catedral de San Juan Bautista, para tener el segundo taller de formación, con los líderes de las diferentes congregaciones de la Parroquia, que se comprometerán en la Campaña Misionera "Viviendo la Iglesia Católica que nació el día de Pentecostés", que se llevará a cabo a partir del año 2012 en toda la Iglesia.

El segundo taller de formación giró en torno a la "Misión que Jesús confió a los Apóstoles". Tanto la formación como los ejercicios que se hacen durante los días que siguen, tendieron a animar a los hermanos a ir asumiendo la misión que Jesús dio, como la misión que actualmente confía a cada uno de los misioneros.

Se están preparando unos 300 misioneros. Los padres encargados pastorales han también participado activamente en cada una de las actividades preparatorias que se han llevado a cabo. En la foto de la izquierda: el Padre Francisco mientras da gracias a los participantes y hace la oración conclusiva de la sesión.

El viernes 21 nuestro obispo comenzó su gira misionera visitando la comunidad de Pajomel, en Santa Cruz la Laguna, Sololá. Como sucede habitualmente, la celebración comenzó con la administración del Sacramento de la Reconciliación a todos los que se sintieron llamados a participar.

Durante la celebración el obispo insistió en la importancia de asumir con radicalidad la misión que el Señor nos ha confiado como Iglesia y en vivir en constante oración, para poder dar testimonio de la presencia del Reino en medio de nosotros.

Hacia el caer de la tarde del mismo día 21, el obispo celebró la Eucaristía con la comunidad de Chuitzanchaj, también del Municipio de Santa Cruz la Laguna, Sololá.

La celebración comenzó con la administración del sacramento de la Reconciliación. En la foto de la izquierda, el obispo administra la Absolución a quienes habían confesado sus pecados.

Progresivamente los hermanos han ido organizando diferentes ministerios, para participar con mayor provecho en la liturgia. Entre los ministerios que han organizado, está el de lectores.

En la foto de la derecha: el hermano Equipulas, miembro del equipo de lectores, mientras proclama la epístola.

En la homilía el obispo recordó cómo se debe ser consciente de que nuestra misión es vivir en plenitud la única iglesia que el Señor quiso fundar y cómo el signo de estar viviendo esta iglesia, implica una transformación de vida y un compromiso apostólico activo.

El sábado 22, el obispo hizo una visita a la comunidad central de Todos Santos Cuchumatanes, en Huehuetenango. Con ocasión de la visita se inció en la vida cristiana a dos niños.

La Comunidad ha logrado irse consolidando en los tiempos recientes. Cuenta con unas 16 familias y un total de 158 miembros. La mayor parte habitan en el centro del pueblo. Sin embargo hay también varias familias que provienen de las aldeas.

Durante el rito de iniciación cristiana, el obispo hizo énfasis en el papel fundamental e indispensable que juegan los padres de familia, cuando quienes son iniciados son niños. Por eso exhortó a los padres a vivir con radicalidad su fe a perseverar activamente como católicos renovados, para que el sacramento administrado a los niños sea realmente de provecho.

El sábado 22 por la tarde, nuestro obispo hizo una visita a la Comunidad de La Vega, Colotenango.

A la comunidad se accede descendiendo por un camino de terracería, adyacente de la carretera que lleva hacia Cuilco. Cuando se llega a la orilla del río Selegua, al menos en la época de lluvia, se deja el vehículo, se atraviesa el río sobre un puente de hamaca y luego se camina hasta llegar al templo, que está en el centro de la Aldea.

Los hermanos, aprovechando las buenas cosechas de legumbres y las ayudas que han llegado de los que han emigrado, han construida un templo muy hermoso. Es espacioso y está cuidadosamente terminado.

Ahora tienen dos metas: internamente, completar los trámites necesarios para comprar instrumentos que les permitan tener un ministerio de música.

Desde el punto de vista externo, emprender una campaña de evangelización intensa, en todo el municipio de Colotenango.

Durante la homilía Monseñor Eduardo les animó especialmente a hacer efectivo su compromiso misionero. En eso se podrá conocer que son efectivamente católicos renovados y que están dando los frutos que el Espíritu espera de ellos.

Por la noche, con la presencia de unos treinta hermanos, se llevó a cabo la clausura del año de labores del Departamento de Teología y Formación Ministerial para el Pueblo de Dios.

Llegó como invitado especial el Padre Pedro Martínez, párroco de la parroquia de Cuilco, quien durante los años 2009 y 2010 había sido el coordinador académocp de la entonces Escuela de Teología y Formación Ministerial. El Padre Pedro concelebró con el obispo, quien fue el que presidió la Eucaristía y los actos de clausura y entrega de diplomas a quienes concluyeron su formación.

Durante la homilía el obispo hizo énfasis en el esfuerzo que hacen tanto los hermanos que vienen de las comunidades como los seminaristas que imparten los cursos y toda la iglesia. Recordó que la formación que se recibe se constituye en un compromiso por trabajar con mayor eficacia y radicalidad en el cumplimiento de la misión que tiene la iglesia.

Al final de la Eucaristía, el seminarista Coordinador Académico del DETYM, José Hernández, fue presentando al obispo cada uno de los diplomas que él fue entregando a los hermanos que habían concluido su formación.

Al final, buena parte de los asistentes, junto a los profesores, quisieron posar junto al obispo, como se puede observar en la foto de la derecha.

Durante el presente año tuvieron a su cargo la formación en el DETYM los seminaristas José Alfredo Hernández (coordinador académico) y José Raúl López (ecónomo) y el Padre Juan Moisés se encargo específicamente de dar la formación musical.

El domingo 23 por la mañana, Monseñor Eduardo llegó hasta la comunidad de Huicá, en las montañas del Municipio de la Libertad, Huehuetenango.

La razón principal de la invitación al obispo fue que una familia, proveniente de otra iglesia no católica, se había convertido y quería que se celebrara el matrimonio de los padres y se diera la iniciación cristiana completa a sus cuatro hijos.

Los esposos vivieron momentos de especial alegría cuando ante Monseñor Eduardo y la comunidad local, expresaron su consentimiento matrimonial.

Cada uno de los cuatro hermanos que fueron iniciados en la vida cristiana, comenzaron recibiendo el bautismo, luego fueron crismados y finalmente participaron en la comunión.

Por la tarde del domingo 23, monseñor visitó la comunidad de la zona 3 de Huehuetenango.

Esta comunidad, que es coordinada misioneramente por el hermano Leon de la comunidad de San Antonio Las Nubes, Chiantla, ha crecido fuertemente, desde su fundación hace corto tiempo.

Con ocasión de la visita del obispo, una familia que había dejado la fe católica durante largo tiempo, fue nuevamente recibida en la iglesia y sus tres niños fueron iniciados en la vida cristiana a través de la administración del Bautismo, la Confirmación y la Comunión.

En primera plana se puede observar a los padres y a sus tres hijos, pidiendo al Señor que les bendiga, regenerándoles a través de la Efusión del Espíritu Santo.

En el momento de recibir la comunión, el primero en hacerlo fue el pequeño infante que, como se puede observar en la foto de la derecha, recibe el Cuerpo y la Sangre del Señor.

Después fueron las niñas y luego todo el pueblo de Dios que estaba preparado, quienes participaron de la comunión, con el Cuerpo y la Sangre del Señor.

El miércoles 26 se llevó a cabo la presentación de las conclusiones del seminario académico que habían seguido los seminaristas. El Seminario fue coordinado por el diácono (hoy presbítero) Orlando López. El seminarista Arturo Pedro fue el encargado de ser Maestro de Ceremonias y los Seminaristas Luís Miguel Say, Maxi Eliseo y Diego Pedro, fueron los expositores. Se les puede observar a todos ellos en la foto de la izquierda.

El tema del seminario fue el estudio de las Cartas Pastorales de nuestro obispo, Monseñor Doctor Eduardo Aguirre Oestmann. El estudio les permitió a los seminaristas profundizar en aspectos referentes a la identidad y misión de nuestra iglesia y capacitarse a realizar competentemente el ministerio que se nos confía.

Al final de la presentación se tuvo la celebración de la Eucaristía que, como todos los miércoles fue celebrada en latín y luego los seminaristas prepararon un almuerzo para celebrar el acontecimiento.

El 26 por la tarde tuvimos la alegría de recibir la visita de varios miembros de la misión de México. La Delegación fue presidida por el Padre Nicolás Gómez de la Motta, Vicario General de la misión. Además le acompañó el Reverendo Dionisio Montiel quien, después de dos años de trabajo pastoral, fue incardinado a ICERGUA para el servicio de ICREM (Iglesia Católica Renovada y Ecuménica de México) y recibió "ad cautelam" las órdenes sagradas el Diaconado y el Presbiterado.

Entre los visitantes también estuvieron el Señor Jesús, representante de las Comunidades Católicas Renovadas de México, que fue el encargado de presentar a Dionisio y pedir su ordenación y finalmente el viernes 28 por la noche, llegó para completar la Delegación el Padre Juan Antonio.

En la foto de la derecha, se puede observar a la derecha del obispo al Padre Rigoberto y luego los Padres Nicolás, Juan Antonio y Dionisio, seguidamente.

El 26 por la noche, dentro del marco de la celebración de las Vísperas Solemnes que, tradicionalmente, se celebran en el seminario todos los Miércoles, el Profesor Doctor David Greene, ofreció un Concierto de órgano. En el fondo a la izquierda, se puede observar al Dr. Greene.

Entre la música que fue ejecutada con maestría y unción se encontraban obras de Bach, Händel y Gounoud. Fue para todos un momento de elevación espiritual y de deleite musical.

El jueves 27, los seminaristas tuvieron el retiro de final del año. A cargo del mismo, estuvo el Padre Nicolás de Jesús Gómez de la Motta. El retiro giró en torno a una lectura personalizada de una serie de personajes bíblicos. La finalidad del mismo fue que los seminaristas trataran de personalizar su respuesta a Dios, identificando sus limitaciones y posibilidades.

El ambiente en el que se desarrolló el retiro fue de profunda serenidad y de oración. Al final todos manifestaron estar satisfechos y agradecidos con el Padre Nicolás, por el esfuerzo que había hecho para que el retiro llegara hasta sus corazones y les ayudara a consolidar su vocación y su respesta al Señor.

Por la noche, el obispo presidió la Divina Liturgia, en la que fue ordenado al Diaconado el Reverendo Dionisio Montiel.

En la foto Dionisio durante el interrogatorio que le hiciera el obispo, previo al inicio de la ceremonia propiamente de la ordenación. A la izquierda de Dionisio se puede ver al Señor Jesús quien vino expresamente de México, para pedir la ordenación, en nombre de las comunidades católicas renovadas de México.

Terminado el interrogatorio, el obispo pregunta al candidato:

¿Prometes mantener plena comunión, espíritu de colaboración y respeto conmigo y con mis sucesores?

Y éste, como señal del compromiso de obediencia y adhesión respondió:

Prometo.

 

Durante el canto de las letanías, el obispo implora la bendición, santificación y consagración de quien recibierá la orden sagrada:

Para que bendigas + a este elegidos, te rogamos, óyenos.

Para que bendigas + y santifiques + a esteelegidos, te rogamos, óyenos.

Para que bendigas +, santifiques + y consagres + a estos elegidos, te rogamos, óyenos.

 

RECIBE EL ESPÍRITU SANTO, PARA QUE TE FORTALEZCA Y RESISTAS AL DEMONIO Y A SUS TENTACIONES, EN EL NOMBRE DEL SEÑOR.

ENVÍA SOBRE ÉL, SEÑOR, EL ESPÍRITU SANTO PARA QUE FORTALECIDO CON LOS SIETE DONES DE TU GRACIA DESEMPEÑE CON FIDELIDAD EL MINISTERIO.

Recibe el Evangelio de Cristo, del cual has sido constituido mensajero; recuerda que debes creer la palabra de Dios que proclamas y hacer de ella norma de tu vida.

El viernes 28 por la tarde, se llevó a cabo la Reunión del Presbiterio, en el Seminario de San Lucas Sacatepéquez.

Durante la reunión cada uno de los presbíteros expresó cómo ve la situación en las áreas pastorales que le han sido encomendadas.

En general el ambiente fue sumamente agradable y positivo.

El común denominador de las presentaciones de los presbíteros fue el fuerte crecimiento que sigue teniendo la iglesia.

Se considera que mensualmente, a lo largo del año ha entrado en la alianza un promedio de 5 comunidades. Eso hace que durante el año el número de la comunidades de la iglesia se haya incrementado aproximadamente en unas 50. De estas hay algunas que están formadas por pocas familias, pero hay otras que cuentan hasta con 800 miembros.

El obispo informó acerca de la nueva misión de Venezuela, la cual está formada por más de 10,000 miembros, los cuales son atendidos pastoralmente por el Padre José Roberto Aguirre Lima.

Igualmente Monseñor explicó cómo prosiguen los diálogos de la Iglesia con otras Iglesias.

En el intervalo entre la primera y la segunda partes de la reunión, se aprovechó para tener un compartir fraterno. En la foto de la derecha, de izquierda a derecha: Padres Fredy Mux, Francisco Simón, el obispo, Padres Rigoberto Upún, Juan Moisés Mendoza, Pedro Martínez y Gildardo Ramírez.

Finalmente la reunión terminó con la celebración de las Vísperas Solemnes en honor de los Apóstoles Simón y Judas y con la bendición con el Santísimo Sacramento.

El sábado 29, en la Catedral de San Juan Bautista, en Comalapa, se celebró el cuarto aniversario del haber nacido como presencia sacramental de la Iglesia una, santa, católica y apostólica y además fueron ordenados tres presbíteros.

La celebración, en la que participó todo el presbiterio de ICERGUA -menos el padre Fredy González, porque se encontraba enfermo-, contó con la participación de miles de hermanos, representantes de muchas de las comunidades que componen nuestra iglesia.

La procesión de ingreso fue presidida por todos los seminaristas que, como es tradición todos los años, con esta Eucaristía concluían el año académico y, al finalizar la celebración, partían durante veinte días a realizar misiones pastorales en las diferentes comunidades y parroquias. Diez de los semianristas fueron a la Parroquia de Santa Cruz Barillas, 4 a Jacaltenango y Santa María Chiquimula, 2 a Nucá y San Mateo Ixtatán, 2 a Nentón, 2 a Santa Eulalia, 2 a Soloma, 2 a San Rafael la Independencia, 2 a Cuilco, 2 a Nebaj y Chajul, 2 a Uspantán y 1 acompaña al obispo en su visita pastoral.

Durante la homilía Monseñor Eduardo recordó lo que significa para nosotros haber sido constituidos en presencia sacramental de la Iglesia y el compromiso que nos corresponde asumir, especialmente a quienes hemos sido elegidos para ejercer el ministerio ordenado.

Terminada la homilía se realizó el interrogatorio de los candidatos al presbiterado y luego fue el canto de las Letanías de los Santos, durante el cual, los 3 candidatos yacieron postrados por tierra.

Terminada la primera parte de la oración consagratoria, el centro del rito lo constituyó la imposición de manos y la oración correspondiente:

RECIBE EL ESPÍRITU SANTO, PARA QUE TE CONSAGRE Y TE FORTALEZCA.

TE PEDIMOS, PADRE TODOPODEROSO QUE, POR LA EFUSIÓN DEL ESPÍRITU SANTO, CONFIERAS A ESTOS SIERVOS TUYOS EL ORDEN DEL PRESBITERADO, RENUEVA EN SUS CORAZONES EL ESPÍRITU DE SANTIDAD, RECIBAN DE TI EL SEGUNDO GRADO DEL SACERDOCIO MINISTERIAL Y SEAN, POR SU CONDUCTA, EJEMPLO DE VIDA PARA TODOS.

Después, la oración consagratoria prosiguió de la siguiente manera:

Sean celosos colaboradores del Orden de los Obispos, para que por su predicación, y con la gracia del Espíritu Santo, la palabra del Evangelio dé fruto en el corazón de los seres humanos, y sea proclamada hasta los confines del orbe.
Sean con nosotros fieles dispensadores de tus misterios, para que tu pueblo se renueve con el baño del nuevo nacimiento, y se alimente de tu altar; para que los pecadores sean reconciliados y sean confortados los enfermos.

Y luego concluyó así:

Que en comunión con nosotros, Señor, imploren tu misericordia sobre el pueblo que se les confía y en favor del mundo entero. Así, todas las naciones, congregadas en Cristo, formarán tu único pueblo, que alcanzará su plenitud al manifestarse totalmente tu Reino. Por nuestro Señor Jesucristo, Tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

Otro de los momentos cruciales lo constituyó la unción de las manos con el óleo santo de los catecúmenos.

Primero se invocó la efusión del Espíritu Santo con las siguientes palabras:

Oh Señor, dígnate enviar tu Espíritu Santo sobre estos hijos que han sido ordenados presbíteros, para que, por la unción con el óleo y por nuestra bendición, sus manos queden consagradas y santificadas, a fin de que, todo lo que bendigan, quede bendecido, y todo lo que consagren sea consagrado. Te lo pedimos, por Jesucristo, nuestro Señor.

Y luego, al ungir las manos de cada uno se pidió:

Jesucristo, el Señor, a quien el Padre ungió con la fuerza del Espíritu Santo, + te auxilie para santificar al pueblo cristiano y ofrecer a Dios el sacrificio perfecto, + por la salvación de toda la humanidad.

Finalmente prosiguió la celebración Eucarística, concelebrada por todos los presbíteros, como puede observarse en la foto de la izquierda.

Entre los miles de asistentes ocuparon lugares especiales: las autoridades ancestrales de San Juan Comalapa (sentadas en la fila central de la foto de la derecha) y las hermanas que ayudan con el servicio en el Seminario: Las hermanas Isabel, Reina y Sabina, sentadas en la primera fila de la foto de la derecha.

Al final de la celebración, cada uno de los neopresbíteros dio un saludo de agradecimiento a todos los asistentes.

Los tres ordenados presbíteros fueron: Orlando López, oriundo de Mataquescuintla, Jalapa y quien había ejercido su ministerio en el Seminario; Yaider Jiménez Varela, oriundo de la Guajira de Colombia, quien ha ejercido el ministerio en San Pedro Necta y la Democracia, Huehuetenango -él es quien se dirige al Pueblo de Dios en la foto de la izquierda- y Dionisio Montiel García, de la Misión de México.

El domingo 31 por la tarde, Monseñor Eduardo presidió la celebración de la Eucaristía en la Parroquia de la Santísima Trinidad de San Miguel Uspantán. Concelebraron los Padres Denis Obando, párroco de Uspantán y Bernabé Mateo, encargado pastoral de Cunén y la Parroquia de San José Quicabaj.

Durante la Eucaristía tres hermanos recibieron el envío misionero a través de la administración del Sacramento de la Confirmación: Dos de ellos provienen de la Zona Reina, en el norte del Municipio -Lucas y Diego- y el otro, Osvaldo, vive en la vecindad de la sede parroquial.

La ceremonia estuvo cargada de emotividad y profundo sentir espiritual. Después de recibir la comunión, el Padre Denis prende las velas de cada uno de los confirmados, como signo de su compromiso misionero.

Por la noche se celebró el Decanato de la región, compuesto por la Parroquia de Uspantán y por los Centros Pastorales de Chamá Grande, Cobán, Alta Verapaz y San Marcos el Triunfo, de la Zona Reina, de Chicamán y Uspantán, el Quiché.

En la foto de la izquierda, el Hermano Antonio, Coordinador Pastoral de Chamá Grande y las 5 comunidades vecinas, mientras hace la relación de la situación pastoral de la zona y presenta la solicitud formal para ser constituidos en parroquia Católica Renovada de la Natividad del Señor.

El hermano Santiago es el coordinador pastoral del Centro de San Marcos el Triunfo. También él explicó el fuerte crecimiento que se ha tenido durante el presente año y explicó los pasos que se están dando para poder ser constituidos también ellos en parroquia, en un futuro cercano.

Al final el obispo dio la formación que, durante el año 2012 tornará en torno al tema: "Viviendo la Iglesia Católica como nació el día de Pentecostés".

El 31 por la mañana, se celebró el Decanato de las Comunidades de Cunén y Sacapulas.

Cada uno de los coordinadores explicó cómo se ha trabajado durante los últimos meses. Todas las comunidades han experimentado cierto crecimiento. Algunas fuerte otras moderado, pero todas están creciendo y reafirmándose en su identidad.

Al igual que había hecho en Uspantán, terminada la exposición de los delegados y del Padre Bernabé, el obispo comenzó la formación, sobre la misma temática que setrá tratada a lo largo del año.

Todos los hermanos asumieron el firme compromiso de profundizar en el material que les ha sido compartido, para poder, al final, iniciar un trabajo auténticamente misionero.

Por la tarde el obispo visitó la comunidad de la Hacienda, en el municipio de Cunén.

Con ocasión de la visita del obispo algunos hermanos fueron iniciados en la vida cristiana y otros recibieron el envío misionero, a través de la administración del sacramento de la confirmación.

Los niños que fueron iniciados son hijos de algunos hermanos que recientemente se han convertido y se han incorporado a la Iglesia.

Los confirmados concluyeron con ese rito, el proceso que les capacita par ser misionero y dar testimonio del Reino de Dios en medio de todos los hermanos.

Hacia el caer de la tarde, Monseñor Eduardo celebró la Eucaristía con la comunidad católica renovada de Tierra Caliente, Sacapulas.

Con ocasión de la visita fue iniciada en la vida cristiana una niña que ha quedado huérfana de madre desde el momento de nacer. Su padre, sin embargo, miembro activo de la comunidad, reafirmó su compromiso de educar a la niña y a sus demás hijos, en la fe de la Iglesia.

En la foto de la derecha: el hermano Miguel, líder de la comunidad, sostiene la fuente bautismal, mientral el obispo bautiza a la niña diciéndole:

Se te bautiza en le nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Los que participaron en la Eucaristía se habían preparado adecuadamente, acudiendo al sacramento de la Reconciliación antes de iniciar la celebración. Eso hizo que la gran mayoría de los presentes se acercara a comulgar con el Cuerpo y la Sangre del Señor.