El marte 25 de julio, el arzobispo presidió el decanato del norte de Huehuetenango, en la sede de la parroquia San Mateo Apóstol de San Mateo Ixtatán.

Se contó con la participación del padre Marcos Caicedo, párroco local; del diácono Lorenzo y de representantes de la mayoría de comunidades que componen las parroquias de San Mateo y la Epifanía.

Después de la formación, los hermanos expresaron su punto de vista sobre los temas abordados durante el decanato.

Especialmente se dialogó acerca de cómo debe llevarse a cabo la corrección fraterna y el sentido de la misericordia.

El mismo 25, hacia el mediodía, el arzobispo llegó hasta la comunidad de San Francisco Yolcultak, de San Mateo Ixtatán, para visitar pastoralmente a los hermanos.

Se inició con la administración del sacramento de la reconciliación a todos los hermanos que arrepentidos confesaron sus pecados.

Después de la homilía y, a la luz de las lecturas del día sobre Santiago Apóstol, el arzobispo invitó a los hermanos a entrar en oración de súplica.

Se pidió al Señor con intesidad la gracia de vaciarse de sí mismos, para poder ser válidos testigos del Evangelio.

Finalmente, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia con los hermanos de la comunidad de San Francisco Yolcultak, de San Mateo Ixtatán.

Los hermanos participaron con mucha entrega y clamando continuamente al Señor por su gracia.

Después del mediodía, el padre Marcos Caicedo, párroco local, llevó al arzobispo a la nueva comunidad de Las Flores de San Mateo Ixtatán, Huehuetenango.

Los hermanos recibieron muy gozosos al arzobispo y agradecieron su presencia.

Después de las lecturas bíblicas, el arzobispo invitó a los hermanos a clamar del Señor la gracia de poder reconocerse como pecadores, para alcanzar su gracia.

Los hermanos oraron con intensidad y mucha devoción, pidiendo por el arzobispo y por las necesidades de la Arquidiócesis y de la comunidad local.

Finalmente, el arzobispo presidió la celebración de la divina liturgia con los hermanos de la comunidad de Las Flores.

Concelebró el padre Marcos Caicedo, párroco local y todos los hermanos participaron con gran provecho y alegría.

El miércoles 26 de julio, por la mañana, el arzobispo llegó hasta la sede de la parroquia Santa Eulalia de Huehuetenango, para presidir el decanato del centro de Huehuetengo.

Se contó con la participación de los padres Julio, Juan Arcadio, Bernabé, Óscar y José Luis, así como de numerosos delegados de las diferentes comunidades de las cinco parroquias del área.

Después de la formación, cada uno de los presidentes de los consejos pastorales de las parroquias que forman parte del decanato presentó el informe pastoral.

Además, el padre Óscar Carranza, párroco de los Santos Arcángeles, saludó a todos, pues ha sido nombrado como párroco hace poco tiempo.

Las celebraciones litúrgicas del decanato del centro de Huehuetenango comenzaron con la administración del sacramento de la reconciliación a los participantes.

Después de hacer la confesión comunitaria del ser pecadores, se administró la absolución.

Dentro del marco de la celebración litúrgica, también se hizo la bendición de los lectores de las parroquias que forman el decanato del centro de Huehuetenango.

Se trató de centenares de hermanos que han aceptado el compromiso de ser lectores de la Sagrada Escritura en las celebraciones litúrgicas.

La actividad del decanato concluyó con la celebración de la divina liturgia con los participantes en la celebración.

La liturgia fue presidida por el arzobispo y concelebrada por los párrocos de las cinco parroquias involucradas en el decanato.

Seguidamente, se tuvo la primera reunión del decanato presbiteral del presbiterio del norte de Huehuetenango.

Se fijó cuáles son los objetivos del decanato y se eligió como decano al padre Julio, como vice-decano al padre Óscar y como secretario, al padre Hugo.

El mismo día 26, a media tarde, el arzobispo llegó hasta la comunidad central de la parroquia de los Santos Arcángeles, para presidir las celebraciones litúrgicas.

Se comenzó con la administración del sacramento de la reconciliación a todos los participantes.

Con ocasión de la llegada del arzobispo, fueron preparados seis hermanos para recibir la confirmación de la crismación y el envío misionero.

El arzobispo les recordó cuáles son los compromisos que se asumían y los dones con los que se les fortalecía y procedió a administras la confirmación.

En la parroquia de los Santos Arcángeles, fue necesario elegir a tres ministros para la distribución de la comunión, los cuales se unirán a los numerosos que ya han sido instituidos.

El arzobispo recordó a los candidatos cuáles son su compromisos y procedió a hacer los ritos de institución.

También, con ocasión de la visita del arzobispo, se procedió a hacer la renovación de la bendición para los lectores de las diferentes comunidades de la parroquia de los Santos Arcángeles.

El arzobispo exhortó a los hermanos elegidos a acoger en sus vidas la Palabra viva de Dios que baja del cielo, para poder ejercer el ministerio de lectores con autenticidad.

La visita del arzobispo a la parroquia de los Santos Arcángeles concluyó con la celebración de la divina litúrgia, presidida por él y concelebrada por el párroco, padre Óscar Carranza.

Los hermanos participaron en la celebración con mucha devoción y en su gran mayoría recibieron la comunión con los divinos misterios.

El jueves 27 de julio, por la mañana, el arzobispo llegó hasta la población de Nebaj, para presidir, en el templo de la comunidad de Salquilito, el decanato del sur del área ixil.

Participaron el Padre Norvin, encargado pastoral local, el Padre José Bailiner de Chajul y delegados de la mayoría de las comunidades de Nebaj y San Juan Cotzal.

Después de la formación impartida por el arzobispo, se rindieron informes pastorales acerca de la marcha de las diferentes comunidades.

También se informó acerca del proceso que sigue la construcción de la casa presbiteral y la organización pastoral de la región.

Seguidamente, el arzobispo presidió las celebraciones litúrgicas, las cuales dieron inicio con la administración del sacramento de la reconciliciación a los presentes.

Se invitó al arrepentimiento y al confesarse pecadores, para luego administrar la absolución.

Después de la homilía, en la que el arzobispo explicó el sentido por el cual en el evangelio se nos narra que el Señor enseñaba en parábolas, invitó a los hermanos a la oración.

Todos los hermanos oraron, implorando del Señor la gracia de poder tener la actitud necesaria para ver y entender, por la acción del Espíritu Santo.

Un buen número de los lectores de las diferentes comunidades, especialmente del centro de Nebaj, se presentaron, para recibir la bendición como lectores.

El arzobispo les recordó que la Palabra de Dios baja del cielo y que, para poder ser lectores genuinos de la Sagrada Escritura, es indispensable que antes sean capaces de acoger la misma presencia del Señor.

También fueron presentados numerosos hermanos que ejercen el ministerio de predicadores en las diferentes comunidades de Nebaj y San Juan Cotzal.

El arzobispo recordó que quien predica no hace más que ayudar a abrir el camino para que el único Maestro, que es el mismo Espíritu Santo, pueda instruir a todos.

La actividad con los hermanos del decanato del sur del área ixil, culminó con la celebración de la divina liturgia.

La misma fue presidida por el arzobispo y concelebrada por los padre Norvin y José Bailiner.

El viernes 28 de julio, el arzobispo llegó hasta la sede de la comunidad de La Perla, Chajul, para presidir el decanato del norte de la zona Ixil de Guatemala.

En el decanato participaron delegados de muchas de las comunidades así como el párroco local, padre José Bailiner Gregorio y acompañó el padre Norvin Ruíz.

Después de la formación, los hermanos hicieron una serie de aportes.

Especialmente enfatizaron en que la formación que se les imparte les sirve para poder cumplir más eficazmente la misión que el Señor nos ha confiado.

Los dirigentes de los sectores, así como el padre José Bailiner, presentaron el informe pastoral.

En general se nota crecimiento, así como mucha disponibilidad de los hermanos a comprometerse en la misión.

Las actividades litúrgicas dieron inicio con la administración del sacramento de la reconciliación a los hermanos que participaron en el decanto de Chajul.

Después de confesarse pecadores, el arzobispo les impartió la absolución, para la efusión del Espíritu Santo.

Dentro del marco de las celebraciones, se bendijo a los lectores para las comunidades de Chajul.

El arzobispo recordó cuál es la actitud con la que se debe vivir, para poder ser testigos válido, cuando se hace la lectura en la asamblea, de la Sagrada Escritura.

También fueron presentados los catequistas de las diferentes comunidades de Chajul, para ser bendecidos para ejercer el ministerio de la enseñanza.

El arzobispo recordó a los hermanos que el Espíritu Santo es el único maestro y que, por lo mismo, su misión es la de preparar el camino para que sea Él el que realmente da el conocimiento.

También fue presentada una hermana de la comunidad de Sotzil para ser instituida como ministra para la distribución de la comunión.

Después de orar por ella, el arzobispo invitó a otros ministros a que la presentaran ante el pueblo de Dios.

En varias de las comunidades de Chajul hay niños y jóvenes que ejercen el ministerio de acólitos.

El arzobispo oró por ellos y los bendijo, implorando que cumplan la misión con fidelidad y devoción.

La actividad litúrgica culminó en La Perla con la celebración de la divina liturgia, presidida por el arzobispo y concelebrada por el párroco local, padre José Bailiner y el padre Norvin.

Los hermanos participaron con mucha devoción y, en su gran mayoría se acercaron a comulgar con los divinos misterios.

El mismo día 28 de julio, el arzobispo llegó hasta la comunidad de Sajsibán, que es jurisdicción de Nebaj, pero hace parte de la parroquia de los Mártires de Chajul.

Se comenzó, después de la llegada, con la administración del sacramento de la reconciliación.

Después de la homilía, el arzobispo invitó a los hermanos a orar, para implorar del Señor la capacidad para poder ser buena tierra en la que la Palabra viva de Dios pueda dar frutos.

Los hermanos entraron en oración profunda, clamando al Señor el don de la fidelidad y de la entrega humilde.

La actividad culminó con la celebración de la divina liturgia, para los hermanos de la comunidad de Sajsibán, Nebaj.

Concelebraron la divina liturgia los padres José Bailiner y Norvin. Los hermanos participaron comulgando con los divinos misterios de gran número.